Reunión de Foro Gaspar García Laviana del 17 de Noviembre 2011.
Cuestionario sobre los temas a tratar
Faustino Castaño
(1) ¿C
uáles crees que son los proble
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as básicos de nuestra sociedad de hoy?
Nuestra sociedad tiene muchos problemas:
- Un problema de deterioro ecológico generado por la desordenada actividad pro-
ductiva orientada a un consumo que va mucho más allá de la satisfacción de las
necesidad básicas.
- Un problema de agotamiento de los recursos del planeta, principalmente los ener-
géticos, que hace sea imposible mantener el actual nivel de consumo.
- Un problema de insolidaridad social que se concreta en un reparto desigual del los
recursos de la Tierra. Unas zonas del planeta gozan de un alto nivel de vida y dis-
frute de la riqueza mientras otras, aproximadamente dos terceras partes de la hu-
manidad, se hunde en la miseria y el hambre. También un reparto desigual, entre
las diversas clases sociales, tanto en las zonas opulentas como en las deprimidas.
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a de i
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se constituye en guardián de la estabilidad y per
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anencia del siste
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a y se siente auto
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rizada a intervenir militarmente en cualquier punto de la Tierra donde se cuestione
el sistema y la dominación de esa potencia. Aparte de en el terreno militar, ese im-
perialismo se manifiesta también en los campos: político, económico y cultural.
- Un problema de lucha de civilizaciones motivado por la hegemonía e imposición
de un modelo cultural que agrede otras culturas y genera en ellas fenómenos de re-
sistencia, como el integrismo religioso (islámico o de otros tipos) con consecuen-
cias como la violencia contra los coptos en Egipto o los cristianos maronitas en Si-
ria. El enfrentamiento religioso en Irlanda del Norte entra también en este capítulo.
- Un problema de peligro de guerra motivado por todas las causas mencionadas, en
una humanidad poseedora de grandes arsenales de armas y escasa de capacidad pa-
ra afrontar y resolver pacíficamente los problemas que se le presentan.
- Un problema lingüístico en un mundo con más de seis mil idiomas diferentes y
que, poseyendo potentes instrumentos de difusión y comunicación no resolvió la
cuestión de una lengua común o la está resolviendo mal con la imposición del in-
glés en los planes escolares de todas las naciones, impidiendo la solución justa de
una lengua neutral y de fácil aprendizaje como es el Esperanto.
- Está, sobre todo, el problema de falta de respeto por la vida en general y la vida
humana en particular, que se manifiesta de diversas maneras: las guerras, que nun-
ca cesan de todo, el terrorismo, la violencia de las mafias, el tráfico de drogas, la
práctica del aborto, el tráfico de órganos…
- Un problema sanitario. A las enfermedades antiguas que, como la lepra, no acaban
de desaparecer en algunas zonas, se han venido a añadir otras nuevas como el SI-
DA. Las zonas deprimidas del planeta carecen de capacidad para aplicar remedios,
y en las sociedades industriales avanzadas se tiende a recortar gastos en los presu-
puestos para la sanidad.
- Un problema de desigualdad de género, que se manifiesta por una total margina-
ción de la mujer en algunas sociedades tradicionales y atrasadas y que incluso en
nuestra civilización tiene exponentes tan vergonzosos como la violencia doméstica
y una subordinación de la mujer al varón, que se da incluso en nuestra Iglesia.
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U
n proble
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a de explotación de la infancia bastante extendida en algunos lugares
,
des-
de formas de esclavitud infantil, entrenamiento de niños para servicio de las ma-
fias, para la guerra, y hasta prostitución infantil en amplias zonas tercermundistas.
- Un problema de falta de democracia, que en algunas partes se concreta en gobier-
nos despóticos y tiranos, dictaduras de diversos tipos que no tienen en cuenta la
opinión de los ciudadanos. En sociedades, como la nuestra, donde existe una de-
mocracia formal, se establecen formas de participación ciudadana que desvirtúan
el sentido de la verdadera democracia: control de la prensa por parte de las clases
dominantes, leyes electorales que priman a los partidos ricos y obstaculizan la im-
plantación de verdaderas alternativas políticas.
- Un problema de bajo grado de alfabetización en amplias zonas del mundo. En am-
plias zonas del mundo subsiste este problema, y en nuestra sociedad avanzada, con
el pretexto de la crisis, se tiende a rebajar las partidas presupuestarias destinadas a
la enseñanza y la formación.
- Problemas de genocidio y etnocidio en varios puntos del planeta, minorías sojuz-
gadas, colectivos humanos a los que no se les reconoce algunos derechos huma-
nos, ni siquiera el derecho a la vida, o se les destruye su habitat en aras de la ob-
tención de recursos industriales para las sociedades opulentas.
Esta lista quizá no sea exhaustiva. Por supuesto, no todos los problemas mencionados
son de igual gravedad y urgencia. El orden en el que están enumerados no pretende ser
una calificación o indicativo de la importancia entre ellos. Quizá el problema más grave
de todos es que a nivel social existe muy poca sensibilidad humana, muy poca concien-
ciación en relación a todos esos problemas.
(2) ¿Qué temas consideras que el Foro debiera tratar este año?
La enumeración de los problemas actuales de nuestra sociedad, que es el objeto de la
pregunta anterior, no tendría ningún sentido si no fuese porque íbamos a dedicar nuestra
atención a ellos. Todos esos problemas son importantes aunque, como se dijo, unos son
más graves y más urgentes que otros. Pero no es una cuestión de priorizar. Ninguno de
esos problemas puede esperar. No podemos decir que se debe aparcar el problema del
paro hasta que no se resuelva el del SIDA, o que de debe posponer el problema del SI-
DA mientras no se resuelva el problema de la violencia de género, o que éste debe espe-
rar mientras se atiende al problema del deterioro ecológico del planeta. Los problemas
no se ponen en fila india para que la humanidad los vaya resolviendo uno a uno; se pre-
sentan todos a la vez, y lo que se deja de hacer con uno de ellos redunda en daño para el
conjunto de la humanidad.
Por otra parte, lo que podemos hacer desde nuestro Foro es sólo un parte minúscula del
esfuerzo total necesario para poner orden en este mundo caótico. Pero hay algo que po-
demos, y debemos, hacer: la denuncia profética de todos esos males, sin olvidar los que
aquejan a nuestra propia Iglesia y que apenas fueron mencionados en la pregunta ante-
rior. Así, a priori, es difícil prever qué temas nos irá imponiendo la realidad. Por una
parte, parece que la crisis económica va para largo y sin duda tendremos que ocuparnos
de ella, profundizar en el estudio de sus causas y concienciar a la sociedad sobre el tipo
de soluciones que convendría adoptar desde una óptica cristiana.
(3) ¿Cómo podríamos hacer llegar a los sacerdotes y seglares compro-
metidos y a la opinión pública nuestras opiniones?
Este es el problema con el que se encuentran todos los grupos o asociaciones que se
asignan alguna tarea de transformación social. Tenemos nuestra página web, y sin duda
Internet es un recurso o herramienta muy útil y potente, pero tiene una limitación. En
Internet encuentran cosas sólo los que las buscan, es decir, el contenido de nuestro Foro
puede llegar sólo a los que lo busquen expresamente o busquen algo parecido a lo que
tenemos en la página. Por lo tanto no es un método eficaz para llegar a la opinión públi-
ca. Más eficaz para llegar a ese público es la prensa. Ahí la gente puede encontrar cosas
aunque no las busque específicamente. Pero el problema con la prensa es que la publi-
cación no depende de nosotros, sino de lo que los redactores quieran publicar. La sema-
na pasada enva los periódicos una información-propaganda sobre el Esperanto y nin-
guno se dignó publicarla. Sin embargo, todos los días publican varias páginas enteras
sobre temática deportiva, principalmente futbol. En esta sociedad los periódicos son
propiedad de potentes grupos económicos y publican en ellos lo que les interesa promo-
cionar. Está claro que les interesa mantener a la gente embrutecida con temas como el
futbol y no concienciada por proyectos de transformación social.
En cuanto a los sacerdotes y seglares comprometidos, independientemente de que nos
encuentren en la red o no, nos podemos dirigir a ellos personalmente, no sólo para
transmitirles nuestras opiniones sino también para invitarlos a integrarse en el Foro.
(4) ¿Qué podemos hacer este año en memoria de Gaspar García Laviana?
Creo que no tengo una idea clara sobre este tema. Me parece que el mejor homenaje que
se puede hacer a alguien es seguir sus pasos, obrar según su ejemplo, hacer lo que él
hubiera hecho en nuestras circunstancias. De hecho, en el caso de Gaspar García Lavia-
na ese es el objetivo fundacional de nuestro Foro. En cuanto a los actos públicos de ho-
menaje que suele hacer el Foro para mantener vivo el recuerdo de Gaspar, pueden ser
útiles e interesantes si sirven como incentivo de emulación, para fomentar su ejemplo.
5. ¿Habría que decir algo sobre el Sínodo Diocesano?
Si hemos de pronunciarnos públicamente sobre ese tema debería ser para denunciar la
falacia, la comedia, que constituye su celebración. Ante todo, dejar claro que no es lo
que parece, o lo que intentan aparentar. No se trata de ninguna asamblea reprensentativa
del pueblo cristiano de Asturias. Se trata de una obra de teatro y los participantes en el
sínodo son sólo comparsas. El temario que están tratando fue aprobado por el Arzobispo
dejando fuera los temas propuestos que a él no le interesaba que se discutieran. Lo
mismo ocurrió con los participantes en el Sínodo; fue el Arzobispo quien los eligió. Por
lo demás él controla también, directa o indirectamente, el desarrollo de las sesiones, el
rumbo de las discusiones y el alcance de las decisiones. Y sean cuales sean las conclu-
siones a las que llegue el colectivo reunido, el texto final será revisado por el mismo
Arzobispo y aprobado sólo en la medida en que se ajuste a sus previsiones.
En realidad ni siquiera el Obispo será el decisor final de las conclusiones del Sínodo. Él
se ajustará milimétricamente a la línea de pensamiento del papa felizmente reinante. Si
cuando concluya el Sínodo sigue reinando Benedicto XVI, las conclusiones sinodales
tendrán un carácter reaccionario según las ideas de ese pontífice. Pero si para entonces
hubo un cambio en lo llaman la “Silla de Pedro” y el nuevo pontífice tiene un talante
más progresista, las conclusiones del Sínodo de Oviedo, casualmente, estarán en la
misma línea progresista. Eso es lo que ocurre con todos los sínodos católicos e incluso
con los concilios generales de la Iglesia.
Una institución con una jerarquía piramidal en la que la cúspide tiene un poder absoluto
no puede funcionar de otra manera. Sus asambleas, sinodales o conciliares, son tan ri-
tuales como el culto de sus ceremonias religiosas. En ellos falta espontaneidad, sinceri-
dad, todo está programado y se actúa según fórmulas establecidas. Ni en los actos de
culto, en los que la Iglesia centra su actividad, hay verdadera devoción, ni en las asam-
bleas hay libertad de discusión. El Espíritu está ausente en ambos tipos de actos; en nin-
guno de ellos se manifiesta la vocación profética que debe ser el distintivo de los segui-
dores de Jesús de Nazaret.
Gijón 11 de noviembre - 2011